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El talento senior en un entorno complejo

Hace más de veinte años, una marca de automóviles puso de moda el término JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado), con el que se pretendía identificar a la generación con mejor preparación académica de la historia reciente de España.
Aquella generación fue creciendo y acumulando experiencia en puestos de responsabilidad, habiéndose enfrentado a escenarios económicos tanto de fuerte crecimiento, como de profunda crisis, aunando una combinación de preparación y experiencia que suponen un gran aporte de valor al entorno empresarial.
Y me pregunto, ¿en qué medida estos perfiles profesionales, en la actualidad perfiles senior ya con sienes plateadas, pueden proporcionar respuestas a la compleja situación que nos ha dejado el COVID-19?

Como punto de partida de esta reflexión, me gustaría contextualizar los niveles de complejidad de las empresas, poniendo el énfasis en el que más se adecúa a los tiempos que corren.
A modo de resumen, diferenciaremos tres niveles: simple, complicado y complejo.

 

  • En el nivel simple, las relaciones causa-efecto son evidentes y existe una respuesta correcta para cada situación. Los procesos son estables y predecibles. Podemos procedimentar las tareas a realizar. Tenemos consciencia de lo que sucede en el entorno.
  • En el nivel complicado también existen relaciones causa-efecto, pero no son tan evidentes entrando en juego las variables tiempo y espacio que nos impiden ver las conexiones de causalidad. Has más de una solución para cada problema, por lo que no podemos recurrir a manuales ni soluciones estándares. En este nivel precisamos la intervención de expertos que analicen la situación y planteen la solución más adecuada en cada caso.
  • Por último, en el nivel complejo, aunque también existen las relaciones causa-efecto, no son visibles ni reproducibles, por lo que no permiten predecir los resultados. En este nivel las soluciones estándares o las recomendaciones de expertos no garantizan la solución a los problemas. Nos enfrentamos a un entorno dinámico en el que una empresa tiene que gestionar muchas variables externas volátiles, y hacer frente a un entorno con gran incertidumbre.
    La gestión adecuada de entornos complejos se fundamenta en afrontar las soluciones mediante análisis de situaciones y ciclos de prueba error. Es aquí donde un perfil senior con amplia experiencia en situaciones de negocio, puede marcar la diferencia en una organización.


Si bien un experto es alguien con muchos conocimientos en una materia, la experiencia es el conjunto de conocimientos que adquirimos a lo largo de la vida, y esto es lo que aporta precisamente el talento senior.
El mundo empresarial avanza a velocidad de vértigo. La capacidad de respuesta de las organizaciones, su flexibilidad y, de forma muy acentuada, el acierto en la toma de decisiones ante entornos complejos como el actual, pueden suponer la supervivencia de una empresa de forma sostenida.
Parece obvio que incorporar un perfil senior capaz de aportar el valor que se le supone, conlleva en ocasiones un coste elevado que determinadas organizaciones consideran que no pueden asumir.
La flexibilidad del mercado laboral está llevando cada vez más a este tipo de perfiles a trabajar por proyectos, bien en régimen de interim u otras fórmulas, siendo capaces de contribuir al crecimiento y profesionalización del tejido empresarial español, mediante fórmulas flexibles asumibles por la mayor parte de las empresas.
Si a esto añadimos que su gestión en la mayor parte de los casos aporta mejoras sustanciales en la cuenta de resultados, advertimos que nos encontramos con una oportunidad que bien canalizada supone un “win-win” para las partes.
Es una realidad que las empresas necesitan incorporar talento joven, altamente cualificado, con un pensamiento innovador y nuevas formas de afrontar los negocios desde los marcos de agilidad. Y también es una realidad que para que estos perfiles puedan alcanzar su máximo potencial, la madurez que aporta un perfil senior supone el complemento para optimizar recursos y dar pasos firmes en la dirección adecuada.
La crisis provocada por el COVID-19 nos deja un panorama poco halagüeño, en el que los próximos meses van a resultar claves para relanzar empresas. Un perfil senior, altamente cualificado y con más de veinte años de experiencia, puede ser la apuesta de futuro que tu empresa necesita.


Firma: Pilar Marqués 
Operations Adviser 
Interim Advisory Board Servitalent